Todos Digitales, Todos conectados, Reduciendo la Brecha Digital

Hace unas semanas me presentaron la oportunidad de poder escribir un artículo de opinión relacionado con el lema bajo el cual se celebrará, el próximo 26 de Mayo, las Noche de las Telecomunicaciones Valencianas #NTV2022: Todos Digitales, Todos conectados, Reduciendo la Brecha Digital, uno de los grandes retos de la actualidad y que debería preocupar a toda la sociedad por igual.

Con lápiz y papel en mano, me puse a desarrollar mi primer artículo de opinión y fue cuando me di cuenta de cuánto podía decir sobre este tema. Tras varias reflexiones y cruce de ideas encontradas, decidí escribir sobre este tema basándome en mi experiencia profesional y personal como Técnica de Telecomunicaciones que soy.

Mi primer encuentro con el termino brecha digital fue en 2014, mientras cursaba la asignatura de Redes de Telecomunicaciones en la carrera de Ingeniería en Computación en la Universidad Valle del Momboy en Venezuela, mi país natal. En ese momento, nunca imaginé que esas dos palabras marcarían tanto mi trayectoria profesional y personal.

Por circunstancias de la vida, emigré a España y comencé a trabajar como técnica de Instalaciones y Mantenimiento de Redes Fijas en Circet España, fue en ese momento cuando empecé a ser consciente de todo lo que implicaba el concepto de brecha digital; sentí una necesidad imperiosa de contribuir con mi trabajo a la mejora de la conectividad de cada uno de mis clientes.

La brecha digital se define como la desigualdad en el acceso a Internet y las TIC, y he de admitir que existe y es real. A pesar de los grandes esfuerzos que se están realizando por mermar la situación, aún queda mucho trabajo por hacer. Trabajar en el sector de las Telecomunicaciones me ha permitido ser testigo de ello y comprobar con mis propios ojos cuántas personas se han quedado atrás…

Son muchas las actuaciones (averías e instalaciones) las que realizo a diario y es curioso como el 65% de mis clientes reconocen que son “analfabetos digitales”, incapaces de realizar cualquier tarea en un ambiente digital, y con un sentimiento de “no pertenencia” a ese mundo online del que tanto se habla, desde abuelitos, cuya experiencia con la tecnología no va más allá de encender la televisión, hasta personas que no saben ni leer ni escribir. Un abanico lleno de historias personales que conmueven mi corazón mientras hago mi trabajo y que me animan, aún más, a ayudarles a estar como muchos me dicen “en la onda”. Me siento orgullosa de trabajar en el sector de las telecomunicaciones, por muchos motivos, pero especialmente por la satisfacción, el agradecimiento, el respeto y la admiración que mis clientes muestran hacia mi persona y mi trabajo cuando les hago sentir parte de “Los conectados” o de “Los Wais” como muchos clientes me dicen.

No podemos olvidar nunca que los protagonistas de este escenario son las personas. Es cierto que no existe una poción mágica que, de un día para el otro, ponga punto final a la brecha digital. Reducir la brecha digital necesita la cooperación de toda la sociedad y de diferentes sectores: inversión en infraestructuras, educación digital, facilitar el acceso a las tecnologías, profesionales cualificados…..pero sobre todo y lo más importante, es identificarse con esas personas que se han quedado en el camino, analizar el por qué, escucharlas y ayudarlas a subirse en el apasionante viaje de las telecomunicaciones.

Los profesionales del sector de las telecos, como es mi caso, tenemos un papel fundamental en este escenario. Creo firmemente en la contribución que realizamos en la conectividad de la sociedad y en las posibilidades que tenemos para hacerle la vida más fácil, y porque no decirlo, más feliz. Hay algo más gratificante qué eso? No es una utopía, es una realidad y un ejemplo de ello es el papel clave que hemos tenido durante la crisis sanitaria del Coronavirus. No solo hemos aportado conectividad, que parece ser la parte medible y visible, sino que hemos ayudado a las personas, en esa parte invisible, no medible, llamada emociones, aún más importante que la digital; créanme, conectividad y felicidad van de la mano. No hay más que recordar las lágrimas de felicidad de mis clientes y sus sonrisas cuando le daba acceso a internet o de telefonía para poder tener contacto con sus familiares, amigos, para poder teletrabajar, para poder acceder a la educación online o a la telemedicina, para realizar compras online…En definitiva, ayudamos a aliviar el colapso que la sociedad sufría en ese momento y, lo que es mejor, ayudamos a aliviar la “brecha emocional” abierta por la pandemia, a pesar del miedo abrumador a ser contagiados. Fuimos, somos y seguiremos siendo imprescindibles en este gran reto, al que han llamado brecha digital.

Para concluir, planteo la siguiente pregunta para reflexionar ¿Es suficiente con el acceso a las tecnologías para reducir la brecha digital o es necesaria una alfabetización digital? Yo lo tengo claro ¿Y tú?

19 de mayo 2022

Yelitza Carolina Rodríguez Terán
Circet España

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