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¿Puede convertirse la Comunidad Valencia en un polo tecnológico?

El carácter valenciano, ese espíritu innovador que históricamente ha caracterizado a las empresas de nuestra comunidad, tiene su fiel exponente -en este nuevo siglo- en las empresas TIC. Éstas son el motor de cambio del tejido empresarial, ya que impregnan todos los sectores productivos, en los que son capaces de generar cambios basados en el conocimiento y la innovación.

 

Aún más allá no solo las empresas, sino también los propios ciudadanos, reclaman nuevos servicios y soluciones tecnológicas que les ayuden en su actividad diaria y mejoren su calidad de vida. Este desarrollo social es, por tanto, imprescindible para que las empresas tecnológicas puedan funcionar.

De esta forma, sectores aparentemente tan alejados como el ocio o la salud, incorporan a las nuevas tecnologías para ofrecer productos que hasta hace poco no eran imaginables.

Tenemos la percepción de que Valencia se ha ido convirtiendo en uno de los principales polos tecnológicos que son capaces de actuar como palanca de cambio y transformación. El tejido empresarial valenciano, y especialmente sus pymes, ha sido capaz de desarrollar una rica red de empresas tecnológicas que comienzan a dar frutos. Este desarrollo se basa en la convergencia de multitud de fortalezas.

Por un lado, ese carácter innovador del que hablábamos antes ha permitido la puesta en marcha de un gran número de proyectos empresariales asociados a las TIC, hecho que está enriqueciendo los modelos de negocio de terceras empresas, no estrictamente tecnológicas pero con necesidades de I+D. Por otro lado, esa base social necesaria y, dentro de ella, las universidades valencianas como fiel reflejo ésta, hacen posible que ciudadanos y profesionales innovadores converjan alrededor de estas empresas en la demanda y oferta de productos.

Un último pilar se asienta en las instituciones, tanto públicas como empresariales, que están siendo capaces de aglutinar la capacidad de generación de conocimiento –inicialmente dispersa- para ofrecerlo de forma homogénea y accesible, e impulsan la innovación a través de programas y proyectos singulares que sirven de motor de cambio.

 

Así, ¿se ajusta esta percepción a la realidad? Diversos indicadores parecen apuntar a que estamos felizmente en lo cierto. En el último informe de la Fundación para la Innovación Tecnológica (CONEC) la Comunidad Valenciana aparece como una de las regiones que encabezan la convergencia hacia Europa, y que está experimentando un mayor crecimiento, tanto en gasto en I+D, como en recursos humanos, personal investigador y producción científica. Esto es especialmente relevante para nuestra Comunidad dado que se fundamenta en el esfuerzo de pymes y universidades. Los datos nos muestran una tendencia, pero los resultados están aún por llegar y requieren el apoyo decidido de las instituciones.

¿Cuál es la receta para los próximos años? Sin duda nos encontramos en la dirección correcta, pero resulta necesario intensificar el esfuerzo en diversas direcciones.

En primer lugar, hemos de ser capaces de saber vender nuestro nivel de excelencia. No solo es necesario hacerlo bien sino también comunicar a los demás este hecho. Empresas e instituciones deben ser invertir en comunicación, porque ésta genera visibilidad, transmite confianza, y genera retornos en un corto espacio de tiempo.

Por otro lado, las instituciones deben transmitir a las grandes corporaciones cómo la Comunidad Valencia es el lugar idóneo –en cuanto a comunicaciones, condiciones geográficas, capital humano, tejido empresarial y base social innovadora- para asentar sus sedes de I+D y desarrollo tecnológico.

En este sentido, un ejemplo claro del trabajo bien hecho es la implantación del Centro de Comunicaciones de la ONU, en Quart de Poblet. Conseguir que la Agencia Estatal de Radiocomunicaciones se asentase en Valencia, supondría otro hito tractor para que grandes empresas apuestan por nosotros.

Por último es necesario intensificar el esfuerzo inversor en I+D en los próximos años desde todos los ámbitos. Si la competitividad en nuestro ámbito solo puede basarse en la innovación, es momento de invertir en investigación para afrontar el futuro con seguridad de éxito.

Implicar a la sociedad en este cambio de paradigma es tarea de todos, y estoy seguro de que nuestro carácter, esa inteligencia heterodoxa que nos permite innovar casi sin proponérnoslo, conducirá a los valencianos a liderar el espacio resultante de los cambios sociales y económicos en los que estamos inmersos.

 

Ignacio Basagoiti

Tecnologias para la Salud y el Bienestar (TSB) S.A.